Manifest 7 de març del 2016

Apostamos por un feminismo que nos define por lo que hacemos no por lo que dicen que somos. Apostamos por un feminismo autocrítico, de dentro afuera, que revisa nuestras prácticas cotidianas, nuestras relaciones. un feminismo que sea capaz de desvelar todos los espacios que el patriarcado ocupa en nuestras vidas. Que le plante cara y no se quede callado.

Un feminismo que no sea un parche de camiseta, una chapa más, un postureo. Un feminismo que nos enseñe a reconocer al policía patriarcal que también llevamos dentro, y al que queremos destruir, tanto, como a la policia de afuera. Apostamos por un feminismo que sea un proceso capaz de liberarnos y que sea capaz de reconocer los privilegios que hoy nos permiten estar aquí: tenemos la posibilidad física de desplazarnos, no nos han deportado, no estamos encerradas tras un diagnóstico, o tras una sentencia, no somos una de las 80 mujeres asesinadas en el 2015, o de las 17 de lo que va del 2016.

Tampoco somos de las muchas personas trasn cuyas muertes ni siquiera se contemplan en las estadísiticas de violencia de género. Y es que la heteronorma excluye día a día, decidiendo quién es válida y quién no, en un sistema que castiga la diferencia y la disidencia. Alan no te olvidamos ni a tantxs otrxs. Frente a la normalización de las violencias, queremos construir una respuesta colectiva que organice nuestra rabia. Frente a la heteronorma, resistencia y provocación constantes.

No, no estamos todas y no nos cansaremos de repetirlo. Faltan nuestras hermanas presas, las psiquiatrizadas, las deportadas, las que cargan con todos los cuidados de sus familias, de las familias de otras, las que tienen un curro de mierda y no lo pueden dejar, las que viven relaciones de control y de violencia, las que no tuvieron el derecho de migrar.

No, no estamos todas y no nos detendremos hasta que no falte ninguna. El feminismo no puede ser sólo para blancas, no puede ser sólo de clase media, para académicas, cis y heterosexuales. Por eso apostamos por un feminismo que reviente las fronteras, las prisiones, los privilegios y las tallas. Por eso apostamos por un feminismo que también ruede en sillas, que camine a ciegas, que vibre, que se adapte a los ritmos de cada una, que se acompañe. Un feminismo que se genere desde nuestras distintas capacidades, en lugar de que nuestras capacidades se adapten a ese feminismo.

Un feminismo que ponga en el centro los cuidados. Estamos hartas del productivismo, de ser esclavas de las agendas, de curros que nos roban la vida, de que nuestros proyectos vitales se desvanezcan ante el ritmo capitalista y acaben pasando a un segundo plano, y nosotras con ellos. Estamos hartas de la precariedad afectiva y material.

Por eso, hartas de estar hartas, pasamos a la acción:

Nos organizamos con nuestras vecinas para plantar cara a los especuladores del barrio; compartimos saberes sobre salud, recuperamos el descanso y reivindicamos la pereza. Okupamos espacios donde encontrarnos y tejer redes; nos organizamos con compañeras de trabajo y plantamos cara al jefe y al acosador; dedicamos tiempo y constancia a nuestras ilusiones, anhelos y deseos; creamos grupos de autodefensa y nos entrenamos; generamos juntas alternativas al consumo y luchamos por la autogestión de nuestras vidas; nos acompañamos y escuchamos en nuestros procesos y reparaciones. Juntas enfrentamos el abuso venga de donde venga, sea cual sea su origen. Cuestionamos las viejas y nuevas masculinidades a golpes y a carcajadas. Aprendemos a reciclar, a robar, a mentir, y lo hacemos sin culpa. Nos negamos a ser chicas guapas para el Capital y defendemos nuestras monstruosidades.

Apostamos por un feminismo que siga plantando cara a lxs políticxs, que no se conforme, que no se compre, que no se venda, que no se trague sus políticas de maquillaje. No queremos un feminismo recuperado por el Estado, ni un feminismo florero.

El patriarcado no se destruirá desde las urnas, y lo sabemos. No nos vamos a conformar con los despachos, las concejalías y las subvenciones. Queremos un feminismo de lucha constante en las calles, en las casas y en todos los espacios.

Apostamos por un feminismo que empiece en cada una de nosotras, que se construya de la mano de nuestras amigas, un feminismo colectivo, codo a codo, cotidiano y combativo. Un feminismo que no responda ni a jerarquías ni a representaciones, un feminismo autónomo y horizontal.

Apostamos por un feminismo que es muchos feminismos, que no es una meta, es un camino, una posición frente al mundo, un punto de partida. Un feminismo que toma la calle hoy, como cada año, para gritar bien alto que LA NIT ES NOSTRA!